Creo que un ejemplo claro de esto ha sido la negociación de los expedientes de regulación de empleo (ERTEs). Es algo que los empresa-rios acordamos el pasado mes de marzo con los sindicatos antes de ir a la mesa de diálogo social con el Gobierno. Ideamos y después pactamos, y el resultado ha sido una red de seguridad en la que de momento hemos hibernado a muchas em-presas y empleos con el deseo de que pronto vuelva la normalidad y hayamos podido salvar a cuantos más mejor. Otra enseñanza es que no nos podemos que-dar parados esperando a que lleguen las soluciones, el líder tiene un papel proactivo. Cuando la pandemia golpeaba con mayor virulencia pedimos test masivos, poder ha-cer PCRs en las empresas… pues bien, eso ahora está dentro de lo cotidiano y nos está ayudando mucho a la hora de mantener la seguridad y la salud en las empresas e incluso de ejercer de rastreadores. Pero si con algo me tengo que quedar es con la vocación de servicio a la sociedad. El lide-razgo empresarial trasciende a las cuentas de resultados y en ese sentido nuestras empre-sas han hecho un despliegue de solidaridad en los últimos meses ejemplar, transforman-do su producción para suministrar material sanitario, por ejemplo. Han cubierto las ne-cesidades sociales, de las que también nos sentimos responsables, al poner en práctica los valores empresariales. P. Hace tiempo que se habla de la crisis del liderazgo tradicional y esto se ha he-cho más evidente con la irrupción de la COVID-19. ¿Compartes la idea de que esta pandemia ha acelerado la demanda, por parte de la sociedad, de nuevos modelos de liderazgo? R. En efecto, del mismo modo que no es lo mismo la autoritas que la potestas, no es lo mismo dirigir que liderar desde la responsa-bilidad y la colaboración. Quiero decir que, el liderazgo clásico sobre una jerarquía rígida ya no tiene cabida en el mundo actual, en el que las personas tienen voz y necesitan hacer uso de ella. El líder canaliza ahora esas voces. En los nuevos modelos de gestión la participación es fundamental y el líder es una figura inspiradora y capaz de obtener el mejor resultado, por decirlo de una manera gráfica, de abajo a arriba. Sin duda la estructura de las empresas ha cambiado, los organigramas, las formas de organización… necesariamente hay que adaptar las formas de capitanear todo eso. 36 REVISTA