55 REVISTA posible desconectarnos en estas condiciones?, ¿o no lo tenemos como opción? Los niveles de ansiedad son cada vez mayores. Incluso, hoy mueren más personas por depresión que por obesidad. ¿Cómo debería de ser la ley del teletrabajo?, ¿el home office llegó para quedarse? Induda-blemente las compañías en 2021 van a seguir trabajando de este modo. Ahora, ¿nuestras casas están preparadas para eso?, ¿tenemos las herramientas, el espacio? Simulamos tanto la presencia con la tecnología, que ya no sabemos si realmente estamos o no ahí. Cada vez hay más interacciones mediadas. ¿Zoompleaños?, ¿casamientos por videollama-da?, ¿funerales por Zoom?, ¿estamos realmente ahí o estamos simulando la presencia? En los últimos 20 años tuvimos un debate, so-bre todo en la educación superior, de revalorar las disciplinas STEM (acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) frente a las disciplinas humanita-rias, las artes y las ciencias sociales. ¿Estamos generando este mismo nivel de debate en las nuevas formas de liderazgo frente a los avances tecnológicos y sociales que estamos viviendo en este siglo XXI? Podemos decir entonces que el COVID-19 re-sultó ser un catalizador de la tecnología, es decir que aceleró procesos que veníamos pos-tergando. Yo propongo que sigamos en este camino. Que aprendamos de los errores. Que no esperemos más a tener todo un trabajo terminado para poder transformar los proce-sos. Prototipemos y mejoremos en el proceso. Avancemos más rápido. Personalmente creo que el liderazgo del futuro nos requiere generar pensamiento crítico y una manera de encarar los problemas. Debemos in-centivar las habilidades cognitivas que van mu-cho más allá de las herramientas tecnológicas. Es clave tener un enfoque multidisciplinario. Los anticuerpos (no biológicos) que tendremos producto de todo esto, de haber pasado este escenario, nos darán enseñanzas que otras generaciones no tendrán. Nos encontramos más unidos en muchos aspectos. Se terminó el ciclo de individualismo para dar lugar al trabajo en equipo. Entonces, ¿qué les parece si buscamos un pun-to medio entre el relacionarse directa y produc-tivamente con la tecnología y al mismo tiempo no perder todo aquello que nos hace felices, como un asado con amigos o un encuentro en donde nos miremos más a los ojos y menos por la pantalla? Todo evento trascendente puede observarse con diferentes miradas. Yo creo… que la pan-demia nos regaló una oportunidad. ¿Y vos?, ¿con qué mirada elegís observar lo que está pasando? El COVID-19 resultó ser un catalizador de la tecnología, es decir que aceleró procesos que veníamos postergando