49 REVISTA ¡Holaaa! Me presento, me llamo David Rodrí-guez y antes de nada quiero que sepas que lo mío no es para nada normal (y tras leer esto te sorprenderá saber que lo tuyo tampoco). Siempre que digo en persona esto de “Lo mío no es normal”, se asocia inmediatamente a mi forma tan particular y molona de andar. Bue-no, en realidad la gente no lo suele considerar tan molona como pienso. De hecho, lo consi-deran un problema, una “discapacidad”. Y lo pongo entre comillas porque aunque es cierto que mis piernas me han provocado algún que otro disgusto en forma de chichón, lo que más lágrimas me ha generado, sin duda, es lo que para mí sí es la verdadera discapacidad del ser humano: los miedos. Existen miedos de mil tipos y colores: miedo al fracaso, miedo a la soledad, miedo a lo des-conocido, miedo a la muerte... Y esto SÍ que nos limita la vida. En mi caso de pequeño jugaba con una des-ventaja. A mí eso de coleccionar cosas siempre me había vuelto loco y claro, con los miedos no iba a ser menos porque los tenía todos. Pero sin duda, los que más me marcaron en la vida fueron el miedo al rechazo y el miedo a sentirme vulnerable. Fueron estos miedos los que definieron bas-tante mi personalidad, haciéndome querer ser DJ profesional y nadador paralímpico (evi-dentemente tenía que dar la nota, fuera de una manera u otra). Esta etapa de mi vida fue bastante interesante, no solo por ganar alguna que otra medalla en natación (como en para-límpico éramos 3 monos, a la que uno se pone malo te conviertes en campeón de España, y así pasó) sino porque a nivel personal me llevé muchos aprendizajes. El más importante fue reconocer que no estaba enfocando la músi-ca y el deporte correctamente. De hecho, no eran más que herramientas de aceptación que utilizaba para que la sociedad me viera como uno más, y eso, es un gran ERROR. Me di cuenta de que el problema no era que la sociedad no me aceptase sino que yo mismo no lo hacía. La discapacidad solo es un espejo que hace enfrentarte a tus miedos y algunos dan mucho cague. En el momento que abres así tu mente todo cambia. Dejas de confrontar con la vida para conectar con ella y precisamente en ese punto es cuando apareció en mi vida una de las cosas más geniales y guays que por el momento he creado. Creé la mayor fábrica de sonrisas y buen rollo del mundo (y no, no es una asocia-ción de cannabis). David Rodríguez Creador de la Fundación Pegasus y campeón de España de Natación adaptada / España Existen miedos de mil tipos y colores: miedo al fracaso, miedo a la soledad, miedo a lo desconocido, miedo a la muerte... Y esto SÍ que nos limita la vida